El embarazo representa una etapa fisiológica en la vida de la mujer que determina en gran medida su salud posterior y con cierta predicción la salud de su hijo.

Se debe hacer énfasis en proveer una correcta nutrición tanto a la madre como al feto, que cubra las necesidades nutricionales propias del embarazo.

Se debe tener en cuenta que la etapa de embarazo implica formación de nuevas células, es decir crecimiento de tejidos, lo cual representa una demanda nutricional adicional, si se compara con una mujer no gestante, por lo que debemos vigilar con cautela ciertos aspectos de la alimentación.

Tome nota

  • Correcta hidratación: Agua 150 ml cada 15 minutos de actividad física, y cada vez que sea necesario.
  • Frutas y verduras: Aumentar el consumo de una pieza de fruta,  ayudará a mantener niveles de glucosa estable, sensación de saciedad, aporte de agua y micronutrientes. Las verduras pueden ingerirse con más libertad: aportarán fibra, micronutrientes y además electrolitos tan importantes como el potasio.
  • Omega 3: Incorporar una pieza de pescado graso o semillas. Esto aportará además proteínas extra a la alimentación.
  • Lácteos: aumentar el consumo de lácteos bajos en grasa, ayudará a cubrir las demandas de calcio extra que genera el embarazo y la contracción muscular. Además, aporta electrolitos para la rehidratación y proteínas completas.
  • Procurar llevar una alimentación natural y evitar la presencia de alimentos procesados y ultra procesados que promuevan la retención de líquidos, los malestares gastrointestinales, los malos hábitos alimentarios y pongan en riesgo la salud de la mujer y el feto en lo inmediato y a futuro.